Almería cerró 2024 con menos muertes por cáncer de mama y por cáncer de colon que en los años precedentes, según los datos oficiales del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. La evolución de ambas enfermedades en la provincia muestra una tendencia descendente que coincide en el tiempo con la ampliación de los programas de detección precoz promovidos por el Gobierno andaluz del Partido Popular, tanto en el caso del cribado de mama como en el del cribado de cáncer colorrectal.
CÁNCER DE MAMA
En el caso del cáncer de mama, el máximo de fallecimientos se alcanzó en 2020, con 89 muertes, una cifra que desde entonces no ha vuelto a repetirse. Desde ese año se aprecia una reducción sostenida: 84 en 2021, 87 en 2022, 84 en 2023 y 80 en 2024, lo que confirma una línea descendente que se mantiene estable en los últimos ejercicios.
El descenso coincide con la ampliación del programa andaluz de detección precoz del cáncer de mama, que desde 2022 incluye nuevos grupos de edad. Hasta entonces, el cribado estaba dirigido a mujeres entre 50 y 69 años, pero el Gobierno autonómico lo extendió a las de 47, 48, 49, 70 y 71 años, y anunció posteriormente su futura ampliación a las franjas de 40 a 45 años. Este cambio ha permitido que muchas más mujeres puedan someterse a mamografías preventivas, lo que, según los especialistas, facilita la detección de tumores en fases más tempranas y mejora el pronóstico.
El aumento de la población incluida en el cribado provocado un mantenimiento o descenso de los fallecimientos. Las cifras confirman que, se diagnostican más casos, por lo que la mortalidad se mantiene en descenso. Es decir, el sistema está detectando antes los tumores y tratándolos con más éxito.
CÁNCER DE COLON
El comportamiento del cáncer de colon sigue una tendencia similar. En 2024 se registraron 121 muertes en Almería, una cifra inferior a las de los dos años anteriores (153 en 2022 y 143 en 2023) y equivalente a la de 2012. Desde 2009, cuando se produjeron 125 fallecimientos, el número ha oscilado con picos en 2010 (145) y 2019 (157), pero con una tendencia general a la baja. El mínimo de toda la serie se dio en 2017, con 118 fallecimientos, un nivel al que la provincia ha vuelto prácticamente en 2024, a pesar de contar hoy con una población sensiblemente mayor.
Esta evolución se produce tras la puesta en marcha del programa de cribado de cáncer colorrectal por parte de la Junta de Andalucía, extendido de forma generalizada a partir de 2020 y dirigido a la población de entre 50 y 69 años. El cribado consiste en una prueba sencilla de sangre oculta en heces, que permite detectar lesiones antes de que se transformen en tumores malignos o identificar el cáncer en estadios tempranos.
Desde su implantación, el programa ha ido ganando cobertura en toda la comunidad, y los datos parecen confirmar su utilidad: el número de fallecimientos por cáncer de colon en Almería en 2024 fue inferior incluso al de 2009, cuando la provincia tenía varios miles de habitantes menos.
RESULTADOS POSITIVOS
En conjunto, los registros reflejan que ambos programas de detección precoz están dando resultados positivos. El cáncer de colon sigue siendo más letal en términos absolutos —con más de un centenar de muertes anuales—, pero su tendencia es descendente. El cáncer de mama, en cambio, mantiene cifras más bajas y una reducción continuada desde 2020.
La clave, según coinciden los especialistas, está en la detección temprana y la participación ciudadana. La Junta de Andalucía insiste en que la eficacia de los cribados depende de que las personas invitadas acudan a las pruebas, y de que los resultados se comuniquen con rapidez para iniciar los tratamientos en los casos positivos.
El descenso de la mortalidad en Almería, tanto en mujeres como en hombres, coincide con un refuerzo de la infraestructura diagnóstica en los hospitales de la provincia, la incorporación de nuevos equipos de mamografía digital y la mayor concienciación social sobre la importancia de la prevención.
Con estos datos, Almería se suma a la tendencia observada en el conjunto de Andalucía, donde los programas de cribado se consolidan como una herramienta fundamental en la lucha contra el cáncer. La experiencia provincial sugiere que detectar más significa no morir más. Cuantas más personas acceden a los programas de detección precoz, menor es la mortalidad asociada a la enfermedad.