Aunque no son historiadores, eso no les impide conocer profundamente la esencia de los almerienses. Paco Calavera y Pepe Céspedes, con el permiso de Kikín y Álvarito, destacan como dos de las personas que mejor capturan esta particularidad, transmitiéndola a través de su característico humor ‘made in Almería’, ya reconocido y apreciado tanto por sus paisanos como por quienes vienen de fuera de la provincia. La noche anterior, se volvió a demostrar este hecho al agotarse todas las entradas del Auditorio Maestro Padilla, en el marco del Otoño Cultural organizado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería.
Una velada tan divertida fue el escenario en el que Pepe Céspedes rememoró su debut como monologuista, ocurrido hace veinte años un 20 de septiembre, cuando presentó un ‘sketch’ en el que interpretaba a un costalero.
Durante casi dos horas, Paco y Pepe abordaron varios de los temas más relevantes en Almería, incluyendo el ferrocarril y la transformación de los bares locales en gastrobares. En su conversación, se destacó una crítica evidente hacia la incomunicación en la ciudad y la pérdida de la identidad autóctona de la hostelería debido a las modas predominantes. También hubo instantes divertidos, como el relato sobre "los dos rubios y un destino" en MiniHollywood, así como discusiones sobre la búsqueda de empleo y una tertulia en una televisión local.
Se dedicó tiempo a jugar, como lo demostraron las canciones que interpretó Pepe Céspedes, basadas en palabras proporcionadas por el público. Este divertido momento se transformó en una reivindicación al denunciar la situación en Gaza.
Fiel a su estilo incisivo, Paco Calavera se destacó por su habilidad para observar lo cotidiano y convertirlo en un retrato cómico. En un auditorio lleno de público, sus gestos imitados, la exageración de situaciones y los giros inesperados provocaron risas incesantes. Por otro lado, Pepe Céspedes presentó su singular universo humorístico, que se asemeja más a la narración costumbrista, mostrando su destreza para reírse de las contradicciones de la vida diaria.
En definitiva, un desfile de situaciones cotidianas, filtradas a través de la ironía, el acento local, la crítica social y la complicidad cultivada durante años por ambos cómicos en los escenarios, fue el espectáculo. Larga vida al humor ‘Made in Almería’.