La provincia de Almería alberga áreas especialmente sensibles a sufrir los efectos de una inundación de carácter extremo, similar a la que impactó en poblaciones como Valencia y dejó un rastro de graves daños en infraestructuras. Los datos oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, recopilados en una base de datos pública de "puntos de especial importancia", identifican zonas vulnerables en el litoral y el interior de la provincia.
Según la cartografía oficial de zonas inundables, que estima eventos con un período de retorno de 500 años, las áreas en Almería con riesgo de anegamiento incluyen puntos en el litoral como Cabo de Gata, El Ejido y Las Norias de Daza. Además, se señala la vulnerabilidad del Bajo Andarax, desde el municipio de Santa Fe de Mondújar hasta la propia capital de la provincia. Estos lugares están clasificados dentro de las zonas donde una crecida de carácter excepcional podría provocar daños graves (más del 25% de la superficie afectada o calados superiores a 30 centímetros) o muy graves (más del 50% o más de 70 centímetros) en colegios, campos de fútbol, residencias u otras instalaciones.
A nivel de todo el Estado español, esta cartografía permite identificar más de 5.000 infraestructuras que quedarían gravemente dañadas por un fenómeno de esta magnitud. Los expertos señalan que este tipo de eventos extremos, que históricamente se esperaban una vez cada 500 años, podrían estar volviéndose más frecuentes y virulentos a causa del cambio climático. El llamamiento de los organismos competentes se centra en la revisión de los datos y en la adaptación de la gestión del riesgo de inundaciones a estos nuevos escenarios.
Mientras que en otras provincias andaluzas como Sevilla se concentran 35 residencias de mayores en riesgo ante una riada extrema, o se identifican hospitales en ciudades como Sevilla o estaciones de transporte en otros 55 municipios, la información disponible prioriza las zonas de Almería más expuestas a estos fenómenos excepcionales, que obligan a las administraciones a repensar la planificación urbana y la gestión del suelo para mitigar el impacto potencial sobre la ciudadanía y las infraestructuras de la provincia. Los modelos hidrológicos, afectados por el aumento de los eventos extremos, están siendo revisados por los expertos para actualizar los periodos de retorno, ya que los caudales en cuencas pequeñas podrían ser superiores a los observados en el pasado.