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Almería enfrenta el riesgo del estrés térmico en el trabajo por el calor extremo

Almería enfrenta el riesgo del estrés térmico en el trabajo por el calor extremo

La salud laboral en Almería se ve amenazada por el aumento de temperaturas y la falta de medidas adecuadas para prevenir el estrés térmico

Por Lola Benavides
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El incremento de las temperaturas, consecuencia del cambio climático, ha pasado de ser una preocupación a largo plazo a convertirse en un riesgo inmediato en diversos entornos laborales. El estrés térmico ya no se limita a actividades al aire libre durante el verano; se ha transformado en una amenaza silenciosa que afecta también a espacios cerrados con ventilación inadecuada, maquinaria que emite calor y cargas físicas elevadas.

Definición del estrés térmico

El estrés térmico ocurre cuando la acumulación de calor en el cuerpo supera su capacidad para disiparlo. Este desequilibrio puede provocar efectos fisiológicos que van desde calambres y desmayos hasta el grave golpe de calor, un episodio potencialmente fatal si no se actúa rápidamente. A partir de los 40,5 °C de temperatura corporal, los sistemas de termorregulación fallan y el riesgo de daño orgánico severo aumenta considerablemente.

Principales factores de riesgo

Los factores que incrementan el riesgo de sufrir estrés térmico se pueden agrupar en tres categorías:

  • Ambientales: incluyen la temperatura del aire, la humedad relativa, la radiación solar o artificial y la velocidad del viento.
  • Laborales: abarcan la intensidad física del trabajo, la duración de la exposición al calor, así como la vestimenta y los equipos de protección utilizados.
  • Personales: comprenden aspectos como la edad, estado de salud, nivel de hidratación, aclimatación al calor, consumo de ciertos medicamentos y condición física general.

Una combinación de altas temperaturas, esfuerzo físico intenso y ropa poco transpirable puede provocar rápidamente una sobrecarga térmica, especialmente en individuos que no están aclimatados.

Estrategias efectivas para prevenir el estrés térmico

La prevención debe iniciarse con una evaluación exhaustiva de riesgos, identificando tareas críticas y estableciendo medidas que aborden tanto el entorno como la organización laboral. Entre las acciones recomendadas se encuentran:

  • Medidas técnicas: implementación de sistemas adecuados de ventilación, sombreado en áreas exteriores, aislamiento térmico en fuentes generadoras de calor y mejora del acondicionamiento en zonas destinadas al descanso.
  • Medidas organizativas: ajuste de horarios para evitar las horas más calurosas del día, establecimiento de pausas frecuentes en lugares frescos y aseguramiento de una hidratación continua. Además, es fundamental fomentar una aclimatación gradual para nuevos empleados o tras períodos prolongados sin actividad.
  • Formación y sensibilización: informar sobre los síntomas iniciales del golpe de calor y capacitar a los trabajadores en primeros auxilios específicos.

En sectores como la construcción o la agricultura, donde la exposición directa al calor es inevitable, ya existe legislación laboral que exige adaptar las condiciones ante alertas meteorológicas adversas. En estos casos, una planificación adecuada se convierte en una herramienta esencial para garantizar la seguridad laboral.

Responsabilidades compartidas entre empresas y trabajadores

Tanto las empresas como los trabajadores tienen un papel crucial en la gestión del riesgo térmico. Las organizaciones deben integrar este riesgo dentro de su política preventiva mediante vigilancia específica de salud y diseño adecuado de planes operativos. Por su parte, los empleados deben seguir las instrucciones de seguridad establecidas, mantener hábitos correctos respecto a hidratación y protección personal, así como reportar cualquier síntoma preocupante.

No cabe duda: el estrés térmico representa un riesgo real y creciente. Ignorarlo podría acarrear consecuencias graves; sin embargo, gestionarlo adecuadamente no solo protege la salud sino que también mejora el rendimiento laboral y el ambiente general. Apostar por medidas preventivas frente al calor es más que una opción; es una necesidad imperante en nuestros entornos laborales.

Lola Benavides

Delegada en Sevilla de noticiasdealmeria.com

Grado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid

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