Cerca de 400 empresarios participaron en el Foro Cajamar de Geopolítica, que tuvo lugar en el Palau Les Arts Reina Sofía de Valencia. La bienvenida fue ofrecida por Bernabé Sánchez-Minguet, presidente de BCC-Grupo Cooperativo Cajamar, mientras que la clausura estuvo a cargo de Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar. Durante este encuentro, directivos de Cajamar, expertos en relaciones internacionales y representantes políticos coincidieron en resaltar la importancia de que las empresas sean capaces de anticiparse, evaluar y actuar frente a los riesgos geopolíticos para asegurar que el tejido empresarial español siga siendo competitivo en los mercados internacionales.
El nuevo orden mundial, en medio de un proceso de transformación de los equilibrios globales, está relegando a Europa a una posición cada vez más marginal en el ámbito internacional. Esto hace que sea más urgente que nunca implementar acciones que fortalezcan un mercado único de bienes y servicios, lo cual es esencial para mejorar la competitividad europea, tal como se menciona en los informes de Draghi y Letta. En España, el sector empresarial tiene una fuerte orientación hacia el mercado exterior; por lo tanto, el desarrollo del contexto internacional y el rol que desempeñe la Unión Europea en este nuevo orden geopolítico impactarán directamente su futuro. Con este objetivo, la banca cooperativa Cajamar ha decidido ofrecer a los empresarios una perspectiva que estimule la reflexión y el debate sobre temas actuales y relevantes para la economía y la sociedad, contribuyendo así a la elaboración de sus futuros planes estratégicos y decisiones. Bernabé Sánchez-Minguet, presidente del BCC-Grupo Cooperativo Cajamar, dio la bienvenida al evento recordando a las víctimas de la dana: “En vísperas de unas fechas muy dolorosas para todos quisiera tener un recuerdo muy especial para todas aquellas personas que sufrieron las terribles consecuencias provocadas por las lluvias torrenciales hace ahora prácticamente un año”. Además, agradeció a los profesionales de Grupo Cajamar por su dedicación: “con los pocos recursos disponibles, sin comunicaciones ni energía eléctrica en muchos casos, anteponiendo su vocación de servicio y compromiso, priorizaron atender las necesidades de sus vecinos prestándoles servicios financieros”. Sánchez-Minguet también destacó que “estamos avanzando hacia un mundo multipolar con el desplazamiento de los centros de poder desde la centralidad atlántica a la pacífica” y observó que “estamos viendo también el ascenso del nivel de vida en amplias capas de población en los países emergentes, no solo gracias a su mano de obra barata sino por su creciente capacidad tecnológica”. En su ponencia titulada ‘La nueva guerra fría: cómo la disputa entre EE. UU. y China dará forma a nuestro siglo’, Sir Robin Niblett, exdirector de Chatham House, afirmó que “la competencia entre Estados Unidos y China se ha convertido en una nueva Guerra Fría. La fusión cada vez más intensa entre los avances en alta tecnología y las capacidades militares tanto como económicas implica que cada uno está convencido de que debe ganar esta carrera estratégica. Desdela inteligencia artificial hasta la biotecnología, el dominio tecnológico se ha convertido en un campo de batalla crucial que definirá el futuro de las relaciones internacionales y la seguridad global”. Niblett subrayó que esta competencia no solo afecta a los dos gigantes, sino que tiene repercusiones significativas para otras naciones, incluidas las europeas. “Europa se encuentra en una posición delicada”, advirtió, “ya que debe navegar entre estas dos potencias mientras intenta mantener su autonomía estratégica y promover sus propios intereses económicos y políticos”. El exdirector de Chatham House también hizo hincapié en la importancia de que Europa desarrolle una voz unificada en el ámbito internacional. “La fragmentación interna puede debilitar la influencia europea en este nuevo orden mundial. Es esencial que los países europeos colaboren más estrechamente para abordar desafíos comunes y aprovechar oportunidades conjuntas”. En este contexto, la innovación y la sostenibilidad se presentan como pilares fundamentales para el futuro de Europa. Según Niblett, “invertir en tecnologías limpias y sostenibles no solo es vital para combatir el cambio climático, sino que también puede ser una vía para revitalizar la economía europea y fortalecer su competitividad global”. La discusión sobre cómo Europa puede adaptarse a estos cambios geopolíticos fue enriquecida por otros panelistas del evento, quienes abordaron temas como la digitalización, la transición energética y la necesidad de fomentar un entorno empresarial resiliente. Se destacó que las empresas deben estar preparadas para enfrentar incertidumbres y cambios rápidos en el mercado global. Finalmente, Sánchez-Minguet concluyó el evento enfatizando la responsabilidad compartida de todos los actores involucrados: “Es momento de actuar con determinación y visión. La colaboración entre empresas, instituciones financieras y gobiernos será clave para construir un futuro próspero y sostenible para Europa en este nuevo orden mundial”.