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Sindicatos denuncian acoso en Biosol Portocarrero
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Sindicatos denuncian acoso en Biosol Portocarrero

UGT y CCOO exigen respeto a derechos laborales

lunes 03 de noviembre de 2025, 19:22h
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La provincia de Almería vive y respira al ritmo de su sector agroalimentario. Es un motor económico indiscutible, pero su vitalidad no puede ni debe cimentarse sobre la fragilidad de los derechos laborales. La concentración protagonizada por las centrales sindicales UGT y CCOO a las puertas de la empresa Biosol Portocarrero ha puesto el foco sobre una problemática recurrente en el tejido productivo: la presunta persecución sindical y la fragilización del empleo.

La denuncia es grave, no por el número de despidos, sino por la naturaleza de lo que se rechaza: un presunto acoso y represalia empresarial dirigidos específicamente contra los representantes de los trabajadores en el ejercicio de sus funciones. Este no es un simple conflicto económico; es un ataque directo a la libertad sindical, un derecho fundamental consagrado en el Estado español.

El Despido como Sombra

Los representantes sindicales, Paqui Ramírez (UGT) y Máximo Arévalo (CCOO), han sido claros en su mensaje. No se trata solo de la pérdida de puestos de trabajo; se trata de una estrategia que utiliza el despido como herramienta de amedrentamiento. Es la vieja táctica de generar un ambiente de trabajo hostil e irrespetuoso, donde la estabilidad laboral pende de un hilo si se osa levantar la voz o exigir el cumplimiento del marco legal.

El sector agroalimentario almeriense, con su alta rotación y dependencia de la mano de obra, ha sido históricamente un terreno donde la labor sindical se enfrenta a resistencias estructurales. Que dos de las principales centrales del Estado se unan para denunciar estos hechos en una empresa de la provincia subraya la seriedad de la situación y la necesidad de una intervención rigurosa por parte de la Inspección de Trabajo.

La petición de los sindicatos a la dirección de Biosol Portocarrero es elemental: reconsiderar los despidos y garantizar un entorno sin temor a represalias. El apoyo solidario a los afectados es vital, pero más importante aún es la reflexión que debe calar en el empresariado local sobre las consecuencias de este tipo de prácticas.

El Estatuto y la Dignidad

El marco jurídico en España, con el Estatuto de los Trabajadores como su piedra angular, no es una mera declaración de intenciones. Establece derechos básicos que protegen al empleado, desde la seguridad en el empleo hasta la protección frente al despido injustificado y, de manera crucial, la defensa de la representación legal de los trabajadores.

Cuando se menoscaban estos derechos, el efecto no solo es perjudicial para los afectados, sino que socava el principio de un entorno laboral justo y equitativo. La estabilidad y el respeto a la dignidad del trabajador no son costes, sino palancas de productividad y compromiso. Un empleado que se siente seguro y valorado es un activo para cualquier compañía. Lo contrario, la represión, solo genera desconfianza, baja moral y, en última instancia, perjuicio a la reputación de la empresa.

Almería, en su afán por consolidar un modelo productivo avanzado, debe exigir a sus empresas que la calidad de sus productos vaya de la mano con la calidad de sus relaciones laborales. Casos como el de Biosol Portocarrero sirven de advertencia: la defensa de los derechos de los trabajadores no es un capricho ideológico, sino un requisito esencial para el progreso social y económico de la provincia y, por extensión, de la Comunidad Autónoma de Andalucía. La Justicia Laboral debe actuar con celeridad para determinar si existe la vulneración denunciada y restaurar la legalidad.

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