La presidenta del Parlamento de Andalucía, Marta Bosquet, ha hecho un balance de los tres años justos que lleva en el cargo tras el pacto de Gobierno entre el Partido Popular y Ciudadanos. La almeriense de Ciudadanos era la segunda vez que entraba en la Cámara andaluza, y fue la apuesta personal de Juan Marín, a partir de entonces, vicepresidente del Gobierno que presidente el popular Juanma Moreno.
Bosquet ha reconocido que este puesto “es el mayor honor” que ha tenido y que seguramente tenga, y destaca la “intensa” actividad que ha desarrollado en lo que va de mandato, haciendo énfasis en que está por encima de cualesquiera que le han precedido en el cargo. Un trabajo arduo complicado a la vez por la pandemia, y por el hecho de se han producido otras circunstancias que vinieron a enredarlo más aún, como la existencia de partidos “extremos”, la fracturación total de un grupo parlamentario… y eso ha hecho que sea “una legislatura complicada”.
De lo que Bosquet está más satisfecha es de haber impulsado el acercamiento de la institución a la ciudadanía andaluza, comenzando por celebrar sesiones de la Mesa en las ocho provincias, suscribiendo además un manifiesto reivindicativo en cada una de ellas con el apoyo de todos los grupos políticos. A eso se suman las visitas institucionales a los alcaldes de las ocho capitales, a los presidentes de las diputaciones y a los subdelegados del Gobierno central, unido al más de un centenar de actos celebrados en el Parlamento, los 126 encuentros que ha tenido en la sede, y los más de 170 actos en los que ha participado, que también, recuerda, no cree que haya superado ninguno de sus antecesores.
Pero como el Parlamento está para hacer leyes, añade que se han aprobado 18, así como 61 Decretos, a pesar, insiste, de la fragmentación de la representación andaluza.
Hasta ahí la parte más visible para la ciudadanía, si bien hay otra que la presidenta explica y tiene más que ver con el día a día, como por ejemplo, la instalación de red wifi, la transmisión en abierto de las ruedas de prensa de los grupos políticos, la aplicación de exigente normativa de transparencia que ha mejorado el ranking que ocupaba el Parlamento en comparación con otras instituciones, el nombramiento de un interventor (figura hasta ahora inexistente) o incluso aspectos como relativos a la igualdad, o a la accesibilidad a las dependencias (ni tan siquiera había baños adaptados, y ahora se avanza en otros aspectos para integración de personas con alguna discapacidad), o la llamada Oficina Anticorrupción que es de extracción parlamentaria…
Bosquet ha puesto en valor las donaciones que ha hecho el Parlamento con motivo de la pandemia, y que rondan los cinco millones de euros, que viene a sumarse al 0,7% de su propio presupuestos que anualmente se destina a cooperación internacional, y al que en esta legislatura se unió otro 0,7% para proyectos de cooperación desarrollados en Andalucía, una iniciativa que a ella le gustaría que se mantuviera en la próxima legislatura.
Aunque al realizar balance de los tres años que lleva como presidenta, y la situación política andaluza actual pudiesen hacer pensar que se está despidiendo, Bosquet lo niega, y asegura que Andalucía es políticamente “estable”, que en algún momento habrá elecciones, pero que se lleva hablando de adelanto desde hace un año, por lo que “un día habrá”. Cuando llegue, ella no esconde que querría seguir en el Parlamento, y hacerlo por la provincia de Almería, aunque como todos los políticos dicen, “estaré a lo que diga mi partido”, la militancia y los almerienses, puntualizaba.
Como prueba de que aún no se ha acabado su mandato, anuncia que se están preparando las actividades conmemorativas para el 40 aniversario de la constitución del mismo, y que corresponderá a junio de 2022. Para ello, ha anunciado, ya ha pedido por carta a la Casa Real que acudan al acto que se organice a tal fin, como ya sucedió a los 20 años.