Oncólogos médicos de ocho hospitales de la Comunidad Autónoma andaluza, entre ellos el Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería, han dado un paso significativo en la investigación del cáncer de pulmón con mutación del gen EGFR, un subtipo frecuente en pacientes que no son fumadores. El equipo de profesionales, que ha presentado sus resultados en el Congreso Europeo de Oncología Médica (ESMO 2025), celebrado en Berlín, ha logrado identificar factores que podrían mejorar sustancialmente el abordaje terapéutico de esta enfermedad.
La investigación, que reúne la experiencia y los datos de la práctica clínica real, fue coordinada por el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA). Para su desarrollo, se recopiló información de 225 pacientes tratados con el fármaco osimertinib en diversos centros sanitarios públicos entre 2017 y 2024. Los hospitales participantes en este esfuerzo colaborativo incluyen el Virgen de la Victoria en Málaga, Torrecárdenas en Almería, San Cecilio y Virgen de las Nieves en Granada, además de los centros de Jaén, Jerez de la Frontera, Puerta del Mar y Puerto Real en Cádiz.
El objetivo central del estudio fue analizar la evolución de estos pacientes en condiciones asistenciales habituales, fuera del contexto de ensayos clínicos controlados, para comprender las razones por las cuales algunos mantienen una respuesta prolongada al tratamiento mientras que otros experimentan una progresión precoz de la enfermedad.
Fruto de este análisis, los investigadores han identificado tres patrones de evolución distintos en los pacientes tratados con osimertinib: los catalogados como progresores rápidos, cuya enfermedad avanza antes de los seis meses; el grupo intermedio, que se mantiene estable entre los siete y los diecinueve meses; y los supervivientes largos, que presentan respuestas que superan los veinte meses.
El examen exhaustivo de los datos clínicos ha permitido detectar una serie de factores que influyen directamente en esta evolución. Entre ellos se encuentran la pérdida importante de peso corporal, la presencia de metástasis en órganos como los huesos o el hígado, y los niveles bajos de albúmina en la sangre. Estos hallazgos podrían funcionar como señales de alerta cruciales para los profesionales médicos, ayudándoles a determinar qué pacientes requieren una estrategia terapéutica más intensiva desde el momento inicial del tratamiento.
El doctor José Carlos Benítez, oncólogo del Hospital Virgen de la Victoria, investigador del IBIMA y coordinador del trabajo, subraya que el valor de este estudio radica en que refleja fielmente la realidad asistencial de los hospitales, con una casuística diversa que a menudo difiere de la de los ensayos clínicos. El profesional afirma que, gracias a estos datos, se puede anticipar qué pacientes podrían beneficiarse de estrategias más agresivas y cuáles pueden continuar con el tratamiento estándar, evitando así la aparición de efectos secundarios innecesarios.
La disponibilidad de evidencia obtenida del mundo real, como la generada por este grupo andaluz, es fundamental para la medicina personalizada, ya que permite trasladar la investigación a la práctica diaria y tomar decisiones basadas en la experiencia acumulada de los profesionales sanitarios y en la realidad asistencial de la Comunidad Autónoma. El doctor Jesús Corral, presidente de la Sociedad Andaluza de Oncología Médica y uno de los investigadores, destaca que la colaboración entre compañeros de diversos hospitales andaluces demuestra la solidez de la red pública de investigación y su capacidad para generar conocimiento útil desde la práctica clínica.
Los autores concluyen que esta colaboración entre profesionales del sistema sanitario público de la Comunidad Autónoma andaluza consolida su papel como referente en investigación oncológica dentro del Estado español. El modelo de trabajo implementado en este estudio no solo mejora la comprensión del cáncer de pulmón con mutación EGFR, sino que además facilita la incorporación de nuevos marcadores clínicos y moleculares que incrementarán la precisión en la predicción de la evolución de la enfermedad.