Un testigo ha declarado ante el juzgado de Ávila que Ana Julia Quezada tenía la intención de obtener 300.000 euros por el 'true crime' relacionado con el caso de Gabriel Cruz. Según esta declaración, Quezada habría solicitado varios adelantos y realizado dos poderes notariales mientras se encontraba en prisión.
La situación se complica aún más con la revelación de que la novia de Ana Julia Quezada, una trabajadora de una residencia, confesó a una tarotista detalles sobre la trama sexual de su pareja durante su estancia en la cárcel. Este giro en la historia añade un nuevo nivel de intriga al ya complejo caso.
Detalles sobre las intenciones financieras
La expectativa de Quezada por cobrar esta suma significativa resalta no solo su interés económico, sino también las estrategias legales que podría haber estado considerando para maximizar sus beneficios. La búsqueda de adelantos sugiere una planificación meticulosa detrás de sus acciones.
El caso ha captado la atención del público y los medios, generando un debate sobre las implicaciones éticas y morales de lucrar con historias trágicas. La figura de Ana Julia Quezada se convierte así en un símbolo controversial dentro del fenómeno del 'true crime', donde el dolor ajeno puede ser monetizado.
Reacciones y contexto social
La noticia ha suscitado diversas reacciones entre la sociedad, que observa con incredulidad cómo se pueden entrelazar intereses personales y tragedias humanas. La figura de Gabriel Cruz sigue siendo recordada, mientras que las acciones de Quezada son objeto de análisis crítico.
A medida que avanza el proceso judicial, se espera que surjan más detalles sobre este caso que ha conmocionado a muchos. Las declaraciones y testimonios continúan arrojando luz sobre las motivaciones detrás de las decisiones tomadas por Ana Julia Quezada en un contexto tan delicado.